DÍA DEL NIÑO


Un día para regalarle juguetes y sonrisas. Un día más en la cadena de días de amor para mirarlo más detenidamente, para sentir a través de él que la vida es hermosa. Sí, hermosa porque hay niños en las calles y en los hogares. Vibrante, porque el mundo se puebla de sus risas y sus gritos. Esperanzada, porque de ellos nos llega la savia vital para soñar futuros, para inventar nuevas maneras de reconstruir lo destruido, intentar siempre la paz, reunir las fuerzas para el reencuentro de la solidaridad humana.
Ellos pueden muchos milagros con su risa inocente, con su palabra enredada y torpe. Amarlos es un deber, pero es también una de las compensaciones más felices que nos da la vida. Amarlos con verdadero y buen amor es la meta de todos. Ese amor que corrige defectos, apuntala virtudes, que abriga el frío, que mitiga el hambre, que les regala alegría. Ese amor que crea un nido tibio de oro o de paja, lo mismo es, para que cada niño crezca feliz y se haga hombre, un hombre bueno.


Comentarios

  1. UN ABRAZO MUCHACHA CON CARIÑO NANCY

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  2. Soy Susana...!!!
    Espero que no desaparezca mi comentario...!!!
    EXCELENTE tu artículo...!!!
    Los niños son el futuro del mundo...!!!
    BESITOS Y BENDICIONES

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